martes, 4 de junio de 2013

PRÁCTICAS DE CRIANZA Y SU INFLUENCIA EN EL DESARROLLO INTEGRAL INFANTIL

PRÁCTICAS DE CRIANZA Y SU INFLUENCIA EN EL DESARROLLO INTEGRAL INFANTIL
 
 
Las prácticas de crianza tienen una estrecha relación con el contexto histórico y sociocultural de cada individuo. A lo largo de la vida nos vemos influenciados por factores y elementos de diversa índole que van ayudándonos a construir y/o fortalecer nuestra personalidad. Los niños crecen teniendo a los adultos como modelos y es a través de ellos como aprenden a relacionarse con el mundo y a interactuar con los demás, es la mediación con los adultos la que le permitirá al niño adquirir los referentes para ser competente en el entorno social en el que se mueve y formar a ese ser único que hay en cada uno de nosotros.
Existen etapas en donde el ser humano es más vulnerable a la influencia externa y la primera infancia es, sin lugar a dudas, la etapa en donde más propensos estamos a ser influenciados por terceros; por lo tanto, es posible afirmar que gran parte de lo que somos hoy es el resultado de la forma en que fuimos criados. 
El desarrollo psicomotor del niño está fuertemente ligado a las prácticas de crianza propias de su seno familiar y del contexto socio-cultural en el que crece. Estas prácticas varian de una familia a otra en función de diversos factores, entre ellos el estrato socioeconómico y el nivel educativo de los padres, sus creencias e ideologia.
Estudios realizados en Colombia muestran que las prácticas de crianza varían de acuerdo al contexto sociocultural y pueden llegar a diferir mucho entre comunidades rurales y comunidades urbanas; así pues, encontramos que aquello que resulta normal y adecuado para una comunidad puede llegar a ser considerado como extraño para otra. Esto obedece a las diferentes expectativas y metas que tienen los padres de una y otra comunidad en relación con sus hijos y a la forma en que la independencia es concebida en cada una de estas comunidades. 
La tecnología ha marcado una nueva tendencia en cuanto al desarrollo infantil se refiere, es así como encontramos que las comunidades rurales promueven la interacción social y el contacto con la naturaleza en tanto que en las comunidades urbanas de mayor nivel socioeconómico predominan los dispositivos tecnológicos. De esta manera, encontramos que para los padres de comunidades rurales no es un problema que un niño de 8 años no tenga idea de cómo usar una videoconsola o un ipad y para los padres de comunidades urbanas es perfectamente normal que sus hijos desconozcan la técnica básica del ordeño.
La forma en que cada área de desarrollo es percibida por los padres también se relaciona con las expectativas y metas que estos tienen en relación con sus hijos y con las diversas tipologías culturales  del contexto al cual pertenecen, esto marcará las pautas y prácticas de crianza a seguir por los padres y cuidadores y la preferencia por un área de desarrollo en particular. Al respecto, los estudios realizados por María Cristina Tenorio y su equipo de colaboradores acerca de las pautas y prácticas de crianza en familias colombianas muestran que existe mayor preferencia por el desarrollo motor que por el socioafectivo, comunicativo y cognoscitivo, debido a que se considera al desarrollo motor fundamental para defenderse en un medio hostil.
Desde esta perspectiva, los padres se preocupan mucho más porque sus hijos logren desarrollar y perfeccionar sus habilidades motrices básicas, tales como el desplazamiento, que por lograr que estos desarrollen procesos cognoscitivos básicos, tales como la capacidad de análisis y síntesis. Razón por la cual las prácticas de crianza estarán en función de estos fines. Otras culturas privilegian el desarrollo comunicativo y la interacción social y sus prácticas de cianza dan muestra de ello.
No obstante, es fundamental que, sin importar las preferencias de los padres por una u otra área de desarrollo, la crianza de los hijos sea positiva, resaltando sus cualidades y aptitudes, con el fin de fortalecer su autoestima.
De igual manera, debemos fomentar su autonomía pues esto les dará mayor confianza en sí mismos. Lo primero que debemos aprender a hacer es creer en nosotros mismos y en nuestras capacidades, lo demás vendrá por añadidura.